Las diversas vocaciones dentro de la Iglesia juegan un papel clave en el fortalecimiento de la misión y el servicio comunitario.
Cada vocación está destinada a contribuir a la evangelización, compartiendo la fe con la comunidad y el mundo.
El servicio comunitario es una expresión esencial del compromiso de la Iglesia con el bienestar de la sociedad y sus miembros.