La devoción al Sagrado Corazón fue aprobada por la Iglesia en el siglo XVIII, marcando su importancia en la espiritualidad católica.
Se establecieron diversas prácticas devocionales que promovieron la devoción al Sagrado Corazón entre los fieles.
Las celebraciones litúrgicas se promovieron para consolidar la devoción al Sagrado Corazón dentro de la comunidad católica.