El arresto de Jesús marca el comienzo de su sufrimiento, simbolizando la traición y el sacrificio que estaba por venir.
El juicio de Jesús representa la injusticia y el rechazo de su mensaje, resaltando su valentía al enfrentar la condena.
La crucifixión de Jesús es el acto culminante de su sacrificio, simbolizando el amor incondicional y la redención para la humanidad.