La Biblia es la fuente fundamental que guía las creencias y prácticas de la fe cristiana, estableciendo principios esenciales.
Las enseñanzas de la Biblia ofrecen principios morales y éticos que sirven como guía en la vida cotidiana de los creyentes.
Las Escrituras son la referencia principal para la formación de la doctrina en la Iglesia, asegurando la unidad de la fe.