La misión apostólica comenzó en Pentecostés, donde los seguidores de Jesús recibieron el Espíritu Santo. Esto marcó un cambio crucial en su evangelización.
La expansión de la Iglesia fue fundamental en la historia del cristianismo, llevando el mensaje de Jesús a nuevos lugares y comunidades.
La misión y expansión de la Iglesia han tenido un impacto duradero en la sociedad, la cultura y la historia a nivel global.