Los sitios donde ocurrieron milagros eucarísticos han sido transformados en destinos de peregrinación, atrayendo a muchos fieles.
Las festividades en estos lugares son momentos de alegría y devoción, donde los fieles se reúnen para celebrar su fe.
Estas festividades ofrecen a los fieles la oportunidad de revitalizar su fe y experimentar un sentido de comunidad.