Durante la Pascua, los fieles participan en diversas prácticas de oración que fortalecen su conexión espiritual con Dios.
El Rosario es una de las prácticas más comunes durante la Pascua, ayudando a los fieles a meditar sobre la vida de Cristo y sus sacrificios.
La adoración es un acto de devoción que permite a los fieles reflexionar sobre su fe y el sacrificio de Cristo en un ambiente de reverencia.