Las raíces de la Pascua se encuentran en la liberación de los judíos de Egipto, una celebración de liberación y fe.
El Nuevo Testamento narra la resurrección de Jesús, que representa la victoria sobre la muerte y el pecado, esencial para la fe cristiana.
El contexto histórico de la Pascua es crucial para comprender su significado y su celebración en la liturgia cristiana.